150 años de la muerte del sacerdote francés Juan María Vianney.
Benedicto XVI quiere el ejemplo de este "santo" cura para sus
sacerdotes.
Lo tiene claro "santidad" en aquel tiempo la Jerarquía católica,
tenía un prestigio y un poder que hoy se ha perdido.
Y se ha perdido, porque los "fieles" hemos aprendido, que ustedes,
son unos impostores.
Una de dos, o ustedes han mitificado a Cristo y son responsables de
las mentiras y falsedades que le atribuyen, o verdaderamente Cristo
es un blasfemo, un vanidoso y falso maestro al atribuirse poderes
que solo son de Dios, ejemplos: Venir a juzgar a vivos y muertos,
cuando el dijo, que solo era su Padre el que estaba en el secreto y
nadie podía juzgar sino El.
Si Cristo siempre dijo que era Dios quien obraba y no el:Es mi
"Padre" no yo quien obra en mi, por qué se contradice, cuando dice
que El vendrá a juzgar a vivos y muertos y en el atar y desatar los
pecados, cuando solo Dios puede hacerlo y no dar ese poder a
ignorantes y vanidosos sacerdotes.
El cura quería obligar al pueblo, como la Jerarquía obligaba a las
naciones a pasar por sus ideas retrogradas y falsas, y el pueblo,
protestaba, como ahora protestamos nosotros, de las barbaridades que
ustedes hacen en el nombre de Cristo.
El fin no justifica los medios.
Y engañar a las personas, para que se comporten como ustedes
quieren,implica que en nombre de un Dios inventado para que ustedes
manden y manipulen las conciencias es un crimen de lesa humanidad.
Y van a pagar por ello.
La juventud, ya no se deja manipular,casi nadie cree, que la
salvación depende de ustedes, ni que Cristo sea de su propiedad
exclusiva.
Los curas "santidad" no tienen nada que hacer en esta sociedad bien
informada y es mejor que se rinda y entregue el poder espiritual a
la humanidad, para limpiar el nombre de Cristo, mancillado por sus
afirmaciones blasfemas y falsas, que no redime, su falsa caridad.
Pues por encima de limosnas, debemos de practicar la justicia
social, sin oprimir a la humanidad, alterando sus conciencias, con
falsas promesas de cielos o infiernos eternos.
Firmado Miguel Angel Soro Falces
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