La visión de las aves, nos ayudo a volar por nuestra cuenta, la
visión del fuego, nos ayudo a manejarlo,inventando, la antorcha, la
cocina, y el arma letal, para defendernos, inventamos la rueda,
cuando vimos rodar piedras voluminosas por las laderas de las
montañas,y a sí poco a poco nuestra imaginación nos ha llevado, a la
conquista del mundo y de su espacio exterior, por fin hemos llegado
a la Luna y llegaremos a las estrellas.
Las técnicas, para trascender a nuestro mundo interior,están en la
observación sin juicio, meditar, relajado, dominando la respiración,
sin aceptar ni rechazar, aquellos pensamientos, que en nuestra mente
aparecen, es necesario para trascender, nuestro intelecto o razón y
llegar a recibir información, del Universo, que continuamente
vibra,formando y deformando todo lo existente.
Al desdoblarnos en dos, observador y observado, sin aceptar ni
rechazar lo que vemos o pensamos, recibimos información, de la
persona o cosa observada, realizándose, la empatía, que nos permite
ponernos en el lugar de aquel o aquello, que observamos.
Podemos, llegar a dominar, nuestra mente, nuestros sentidos y
emociones, cuando en estos estados de alerta, somos capaces, de
observar, sin aceptar ni rechazar, ya que eso nos lleva a no juzgar,
la bondad o maldad, superando y trascendiendo, nuestros
sentimientos, emociones y egoísmos, para llegar a un verdadero
conocimiento, de nosotros mismos y de los demás.
Mas adelante, podremos, investigar, en los sueños, con el dominio de
los mismos, incluso pudiendo salir en astral, con nuestro cuerpo de
energía, o estudiar con las regresiones, la memoria, almacenada, en
nuestro cerebro, o en nuestros genes, trascendiendo, al historial,
de nuestros ancestros, pudiendo recordar sus vidas y a sí conseguir
la experiencia, que acumularon, para nuestro provecho.
El Yoga, las técnicas regresivas y el estudio de la imaginación y el
sueño, junto con la relajación, y la respiración controlada,nos
darán,la necesaria fuerza, para el control de todas las potencias
que encierra nuestro cuerpo.
Firmado Miguel Angel Soro Falces.