martes, 4 de junio de 2013

La conmoción de la muerte

El médico psiquiatra Fabricio de Potestad Menéndez,publica una carta
en un diario navarro sobre la muerte, muy bien redactada y
documentada, de como las personas sentimos el peso de tener que
morir sin excusa alguna y que aquí extracto.

Nos preguntamos ¿Por qué la vida tiene que terminar?

Es un fenómeno ineludible que despierta intensos sentimientos de
inquietud en quienes han perdido un ser querido, ya que representa
la cesación absoluta de la existencia de ese ser humano al que ya no
volverán a ver y además esa perdida anuncia la muerte propia que es
la que nos conduce a una inevitable reflexión.

Enfrenta los dos pensamientos lógicos el racional y el de la
creencia, que surgen ante este acontecimiento explica que Unamuno
decía angustiado :Mi razón me dice que no podemos resucitar, y mi
deseo me dice que si,¿Contradicción? ya lo creo, mi ciencia es
antirreligiosa y mi religión anticientífica y no puedo excluir a
ninguna de las dos sino que las mantego en mi frente a frente
negándose una a la otra y dando con su contradicción vida a mi
conciencia.

Es evidente que no se puede probar la verdad de la fe ni darle
fundamento razonable,la fe no se puede conceptuar y por tanto
tampoco la eternidad se puede racionalizar: El más allá de la muerte
es una incógnita, la última de los conocimientos humanos a medida
que la ciencia avanza la fe retrocede.Hasta donde llega el
conocimiento científico,todo se explica sin Dios, sin embargo más
allá del saber nada se explica sin El.Y si el mundo es igual de
absurdo con Dios que sin El,racionalmente sobra Dios aunque entre
dos absurdos ¿No elegir el que más sosiego procura?

Si el ser humano tiene necesidad de ser eterno¿ como conjugar razón
y fe ?

Y termino con una respuesta que me da mi experiencia mística,que
trata de conjugar ciencia y creencia, razón y fe.

Dios hace su Universo de sí mismo, por lo que la muerte no existe,
ya que El ni tiene principio ni tiene fin, por lo que todos nosotros
siendo El, pues nada hay fuera de El, no morimos, sino que
eternamente vivimos en un ir y venir de la energía a la materia y de
esta a la energía.cosa que la ciencia poco a poco demuestra, con sus
pruebas sobre la energía. en los aceleradores de partículas.


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