La vergüenza de Cristo

Estudiar los fundamentos de las religiones y el uso y abuso que se
hace de ellas, avergüenza a cualquier persona sensible.

Europa con la conquista del continente americano,y gracias al saqueo
que hizo a sus pueblos,las monarquías absolutistas pudieron dedicar
ingentes cantidades de dinero, para luchar contra moros y judíos y
ampliar sus dominios, pisoteando a sus pueblos para el beneficio de
los gentil hombres, de la corona y el clero.

Si con la caída del imperio romano, el cristianismo obró para
aglutinar, los reinos independientes, bajo la autoridad de los sumos
pontífices cristianos, monarquías absolutistas y la iglesia
dictadora cristiana, convivieron para pisotear los derechos de las
personas en beneficio de los grandes señores y clero.

Y hoy en día continua la unión clero y poder civil, con un barniz
seudo democrático para engañar al pueblo y mantenerlo pisoteado bajo
las botas de la falsa religión cristiana y el poder que en teoría es
del pueblo, pero que en realidad es de la clase adinerada, pues no
se puede separar el gobierno elegido por la sociedad en teoría
libre, de la manipulación de bancos y empresas, para su mayor gloria
y beneficio, con la bendición del poder religioso y su ayuda
indispensable en Universidades, colegios e institutos religiosos
cristianos, como la Universidad de Deusto con la creación de Esade
creadora de un imperio mercantil y de otras Universidades como la de
Murcia y muchas más.

En la serie de televisión que rememora a la reina Isabel la
católica, se puede ver como clero y corona, perseguían, torturaban,
encarcelaban y mataban a moros y judíos, "convirtiéndolos" a la
única y verdadera religión más falsa que Judas y haciendo lo mismo
en el nuevo mundo, por la fuerza de las armas y en eso continúan, de
una manera más velada, pero igual de efectiva, por la fuerza
económica, que obliga al pueblo a vivir de las migajas caritativas
cristianas que les echan en vez de promover una verdadera justicia
social, para elevar al pueblo a su verdadera grandeza: Ser los
dueños de verdad, en vez de los esclavos de los poderosos,
trabajando duramente y mucho tiempo, por salarios de hambre, que
enriquecen más y más al clero y a los empresarios, a las coronas y
repúblicas que siguen sin reconocer a quien se deben de verdad,a las
personas del pueblo, con una justa distribución de la riqueza que
entre todos conseguimos.
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