La partícula de Dios

Después de la llegada del hombre a la Luna, encontrar el boson de
Higgs es la hazaña más grande, conseguida por la humanidad en toda
su historia.

Pero la noticia ha sido acogida, con una frialdad, en mi entorno,
que no entiendo nada de nada.

Parece que no importan los avances de la ciencia, España vibra de
entusiasmo, por un gol de la roja, pero un descubrimiento de una
envergadura tan grande,como supone, conocer como se origina el
principio del Universo, deja indiferentes a la sociedad.

Si en el acelerador de partículas en Chicago, llegaron al 2,9 en la
escala Sigma en Ginebra hoy han conseguido el 5 Sigma, necesario
para dar por valido el experimento y felicitar personalmente al
sabio Higgs, que sonreía feliz, por haber podido comprobar en
vida,que su teoría era cierta.

Benedicto XVI no va a felicitar al próximo premio Nobel,antes bien
callará como un cuco, para no tener que reconocer, la falsedad de su
institución religiosa, que se fundamenta en que Dios crea de la nada
el Universo, cuando es imposible crear nada de la nada.

La ciencia, reconoce que es la energía, la única que existe desde
siempre y que nadie ha podido crearla y que esta se trasforma en la
materia, que todos podemos ver, tocar, experimentar y que ahora por
primera vez, podemos comprobar el principio, de la materia de ese
bing bang exlosivo en la partícula madre y padre del Boson de Higgs.

Por lo que Dios es esa energía trasformadora, o los ateos tienen
razón, al pensar que nadie crea un Universo, que se crea así mismo.

De las dos únicas respuestas, se desprende que todas las religiones
están equivocadas y que solo les queda reconocer sus errores a los
fanáticos religiosos y abrazar una espiritualidad integradora, que
abarque a toda la humanidad en un esfuerzo común por el conocimiento
para salir de la ignorancia supersticiosa, que les lleva a levantar
barreras y separaciones cuando defienden,las distintas visiones del
Dios verdadero, creyendo en un religare imposible, cuando el
verdadero Dios es Uno y lo abarca Todo, por lo que no puede existir
separación entre El y Nosotros : Todos salimos de Dios y volvemos a
Dios, El es Alfa y Omega, Principio y Fin de Todo.


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