martes, 4 de julio de 2017

¿De donde venimos a donde vamos?

La primera Ley de la termodinámica dice: Todo es energía, y esta ni se cre ni se destruye solo se trasforma.

La segunda Ley es la Entropía, dice: Todo se iguala al final del proceso, de trasformación de la energía en materia, pues la materia vuelve a convertirse en energía.

Esto ocurre así siempre, la energía se trasforma en materia y la materia vuelve al final a ser energía, eternamente.

Si consideramos que la energía es Dios, podemos afirmar que todo sale de Dios y vuelve a Dios.

Dios hace de sí mismo todo su Universo, por lo que Dios no solo está en todo lugar, es que es Todas las cosas, pues nada hay fuera de Dios.

Lo más parecido a esta afirmación  es el Panteismo de Spinoza, rechazado, por lo que decíamos en la anterior carta, de que pocos quieren reconocer que Dios no castiga ni premia, que simplemente hace lo que tiene que hacer con las Leyes que ha dotado a su Universo.

El que no exista, un tribunal en el Mas Allá, que reponga la justicia, que aquí y ahora no ven las personas, pues los "malos" triunfan sobre los "buenos" en esta vida, les hace creer en la estupidez teológica que se sacan de la manga todas las religiones para tratar de dar una esperanza de justicia después de la muerte, que como deciamos, no deja de ser el cuento de la carretilla, para así sacar beneficios, increíbles , de los cuales viven estos estafadores de sacerdotes, chamanes, brujos, lamas y demás ignorantes religiosos.

la realidad es que Dios, hace todo de sí mismo, y no se puede castigar, pues si lo hiciera sería un dios estúpido, por lo que el juicio al final de la existencia humana, solo es un Mito más que se han inventado los estafadores religiosos, para tener millones de seguidores que les paguen sus facturas.

Todo aquel que hace proselitismo, para tener miles de seguidores, que le obedezcan y manipularlos hasta extremos de ser unas marionetas en sus manos, hace que el verdadero maestro, que estos no son, enseña a sus alumnos a ser independientes y no depender de personas, que les engañan y así ser libres, pues cierto es que la verdad nos hace libres en cambio la mentira religiosa solo crea personas ignorantes, que no son libres.

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