Las campanas de la catedral de Tudela

Ayer vi las nueve campanas, arregladas y limpias.
Tienen cientos de años, pesan cientos de kilos, y están como recién
salidas de fabrica, el canónigo, paseaba entre ellas muy contento.
Me pongo a meditar, la historia de mi pueblo y veo los sacerdotes,
con sus vestiduras pomposas, elevando copas de oro y plata, mientras
suenan fuerte las campanas, llamando al pueblo llano a la catedral.
Veo a las mujeres, que han dejado por fin sus pesadas tareas y a los
hombres, muchos aun por la mejana, recogiendo, las últimas lechugas.
Con sus ropas ajadas, pero limpias, entran en el recinto sagrado,y
oyen como suena la música y cantan los niños del coro.
Que bien montado, se lo tienen estos falsos pastores, como han
conseguido, fascinar y engañar al pueblo de Dios.
La pobre gente, que en su casa, muchos no tienen ni lo necesario,
ven maravillados, los ángeles preciosos en la bóveda,el magnifico
retablo, con mil policromias, el gran Cristo crucificado, con el
rostro ensangrentado y a su madre con los brazos abiertos,con cara
llorosa y espadas en el corazón.
Que listos estos curas, que gran comedia, que gran puesta en escena,
para que las personas sencillas, caigan arrodilladas a sus pies.
El arte, las joyas, la música sacra, las grandes columnas,que llegan
hasta el techo, que está a mas de treinta metros de altura con un
techo de piedra gris, y en los bajos el mármol rojo y rosa.
En el suelo tumbas de ricos hombres y cerca de los altares, tumbas
de obispos y duques.
Cuanto boato, cuanta liturgia, cuanta riqueza, cuanto arte, cuanto
dinero gastado,mientras el pueblo pasaba hambre.
Gracias a Dios, ahora sabemos que Dios no necesita nada, y que son
estos listillos de curas, los que necesitan de todo este circo, para
engañar mejor.
Pero se acabo, ni tienen poderes divinos dados por Jesús, ni
representan a Cristo, al revés, lo traicionan.
Firmado Miguel Angel Soro Falces.

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