martes, 27 de julio de 2010

Las fiestas patronales

Las masas, se mueven con mitos y leyendas, miles de personas,
vitorean a santos en peanas, llenan de flores a imágenes, y tocan
tambores y trompetas, bailan y cantan, rezan en templos, enormes y
bellos, gastan sus fuerzas, en tocar campanas y vitorean a Santa
Ana, o Santa Agueda.
Las fiestas de mi pueblo, como las de otros pueblos, persiguen, que
sacerdotes espabilados, manejen a las masas, a su antojo, dando
valor a lo que no tiene.
El Concilio Vaticano II intento cambiar este falso oropel, por una
espiritualidad, mas acorde, con la realidad.
Pero el pueblo de Dios, ha sido enseñado, en un falso cristianismo,
y pese a que,profetas modernos, intentan derribar al becerro de oro,
el pueblo sigue adorando,el boato y la falsa espiritualidad,siguen
prefiriendo al malvado Barrabas, antes que al Jesús, misericordioso,
amoroso y dulce.
Cristo nos enseñó, misericordia, Cristo nos enseño a amar, no solo a
los "buenos" sino también a los "malos",Cristo vino a enseñarnos el
camino, y estos falsos pastores, se han dedicado a ensalzar su
nombre, a mitificarlo y adorarlo, como Dios,oscureciendo al
verdadero, al que el buen Jesús llamaba su "Padre".
Divinizando a Cristo, ellos se aprovechan y viven del altar, cuando
humanizándolo, vivirían, una vida plena, en respetar a los demás, en
ponerles en su verdadera sitio, dentro de nuestros corazones,no se
trata de una falsa caridad,(Las limosnas) ni en estar amenazando y
castigando a los que obran mal, se trata de comprender de una vez
por todas que todos estamos en el mismo barco y que debemos de remar
todos juntos.
Estos sacerdotes, han dividido, en buenos y malos a la humanidad en
vez de unir, explicando lo que Cristo enseñó que todos somos
iguales, ateos y creyentes,musulmanes y judíos.
No deben de existir religiones que separen, por tener ideas
distintas de Dios, debe de existir, solo, la grandeza espiritual de
los seres humanos, y que como Cristo, veamos que somos uno con Dios.
Y eso conseguirá de una vez por todas, terminar con tantas guerras
inútiles, de nada sirve pedir la paz, si nos dedicamos a imponer
nuestras ideas.
Firmado Miguel Angel Soro Falces.
WEB:
http://jerarquiacatolica.blogspot.com

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