David Eagleman de Alburquerque Nuevo México, doctor en Neurociencia,
ha publicado un libro en español:Incognito (Anagrama,2013)un libro
que desentraña aspectos sorprendentes de la mente humana.
Siempre he defendido que el libre albedrío no existe, pues
considero, que nuestro cerebro y nuestro cuerpo, esta formado, con
unos cánones, pre determinados, por el único y verdadero Dios, que
nos obliga a actuar de una manera y no de otra, afirmo que si
fuéramos tortugas obraríamos como tortugas, pero como somos humanos
obramos como tales.
Por lo que tenemos una libertad condicionada a lo que somos y como
nos ha hecho, lo cual invalida el pecado original, o la culpa
eterna, siendo responsables de nuestros actos, solo aquí y ahora, no
en un mundo más allá de esta vida, por lo que el Karma y la Rueda
del Samsara o reencarnaciones es un bulo exactamente igual que el
juicio final después de la resurrección de la carne, ya que anula
cualquier juicio innecesario de la divinidad, sobre su obra, pues es
El y solo El responsable de como se comporta la humanidad y toda
su creación, además de ser científicamente imposible y comprobado
que la materia sea eterna, al ser energía condensada, que una y otra
vez como demuestra el Bosón de Higss, se crea y se descrea.
La mente es como un consejero de una empresa que no conoce todos los
detalles de la compañía, por lo que su toma de decisiones esta
condicionada a fallos evidentes.A nivel individual tenemos la
impresión que de que tomamos decisiones por medio de un proceso
razonado que controlamos conscientemente pero la mayoría de nuestros
actos los generan partes del cerebro a las cuales no tenemos
acceso.A nivel social imaginamos que todos somos iguales por
dentro,Eso es una afirmación bienintencionada pero no es cierta,
todos somos muy distintos y nuestra inteligencia o nuestra
agresividad siempre son diferentes.
Por eso somos tan distintos, y eso lo deberían reflejar nuestros
sistemas jurídicos, que dan por hecho que todos los cerebros adultos
con una inteligencia normal son exactamente iguales y tienen la
misma capacidad para tomar decisiones controlar sus impulsos y
simular las posibilidades de futuro.La cárcel no se adapta a las
condiciones de cada recluso y eso es un error.
Explica que la mente consciente es como decíamos anteriormente un
consejero que desconoce muchos detalles de la compañía,por lo que si
se dedicase a conocer cada detalle de su cuerpo, le sería
prácticamente imposible tomar decisiones,ya que su tiempo estaría
ocupado en conocerse,por lo que su forma de actuar es visionar a
largo plazo, tomando decisiones importantes, necesarias para
desarrollar su vida, aun a sabiendas de que puede equivocarse.
Nadie puede elegir su entorno ni su código genético, por lo que la
Justicia, como las religiones, tendrán que regenerarse, no para
soltar a los delincuentes, pero si comprender su biología mejor y
crear un sistema judicial más individualizado, ya que los circuitos
cerebrales están diseñados para generar conductas apropiadas para
nuestra supervivencia, que a veces obligan al ser humano a cometer
delitos.
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WEB:
http://jerarquiacatolica.blogspot.com
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