El papa jesuita de los pobres más rico del mundo, quiere seguir
engañando a toda la humanidad con su falso cristianismo.
El Cardenal Rouco el antipático ha sido sustituido por el Cardenal
Osoro el simpático, el rocero, el que se entretiene hablando con las
personas en la calle, en definitiva el que "huele a oveja" según
Francisco primero el noble del Vaticano y el pobre de mentirijillas,
ha dicho una y otra vez para congraciarse con los manipulados y
pisoteados fieles.
En la historia de la iglesia tenemos infinidad de ejemplos del por
qué se hacen las cosas que se hacen, por qué interesan, para ganarse
en cada momento al monarca de turno al pueblo de turno o al dictador
de turno, para que siga dando dinero a la blasfema institución.
Nunca la iglesia ha cambiado para mejorar al pueblo su forma de
vida, nunca cambian para ser mejores personas, mejor institución o
mejores para los seres humanos, solo cambian por prevéndas y
privilegios, pues siempre la sociedad tiene que estar bien
pisoteada, para muñir bien a sus ovejas.
Ahora parece que los obispos, habían dejado de oler a oveja y se
estaban perdiendo cantidades de dinero que ya no ingresaban en
caja,por la dejadez de los fieles en arrimarse a comulgar ruedas de
molino, por lo que ahora este Sumo Pontífice pesetero el, quiere que
sus cómplices en la gran estafa a toda la humanidad, huelan mal, ya
que el olor a oveja es asqueroso, se mire por donde se mire y se
huela por donde se huela.
Mientras tanto los poderes establecidos en este mundo, siguen
aplaudiendo y dando dineros a raudales,como se demostró en la visita
de la señora Merkel con nuestro querido presidente de gobierno
Mariano Rajoy ,haciéndose cómplices de la gran estafa al pueblo
dueño y soberano español, del mito y de la leyenda de un tal
santiago que le cortaron la cabeza en Jerusalén y apareció en España
por arte de magia, en una tumba de piedra que flotando desde Israel
llegó a Santiago de Compostela y que años después resucito con la
cabeza pegada y una fuerte espada, para decapitar tal vez en
venganza al pueblo moro, con el aplauso de los cristianos de
entonces y los de ahora, pues nunca han pedido perdón de semejante
cuento de hadas, contado con una desfachatez, entonces y ahora que
avergüenza a cualquiera, menos a los sinvergüenzas de obispos, bien
instalados en palacios, monasterios, y vaticanos.
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WEB:
http://jerarquiacatolica.blogspot.com
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