Los seres humanos, desde siempre hemos intuido una dimensión superior.
Nos preguntamos el por qué de las cosas, vemos todo lo que alcanza a
nuestra vista y no podemos menos de intentar comprender su significado.
En un principio, como los niños estábamos inmersos dentro del
conjunto que nos rodeaba, eramos parte de el.
Poco a poco nos fuimos apartando del entorno y pudimos comprobar las
diferencias que había a nuestro alrededor.
Conforme fuimos haciéndonos adulto,estudiamos esas diferencias
asociándolas con nosotros mismos.
Comprobamos que existe una unión entre todo.
Una cadena nos une, al universo, nada existe por casualidad, todo
existe por causalidad.
Los vegetales se complementan con los animales,los vegetales
respiran anhídrido carbónico convirtiéndolo en oxigeno y nosotros
al revés.
Todo funciona de una manera armónica y nada falta ni sobra.
Mientras investigamos, vemos mas sombras que luces , pero seguimos
preguntándonos, nuestra curiosidad es ilimitada.
Eso nos lleva al conocimiento, y a la superación de nuestras
limitaciones.
De simples monos ignorantes, hemos pasado a la conquista del espacio.
Gracias a nuestra técnica espacial podemos estudiar la Tierra desde
fuera de su atmósfera.
A mayor conocimiento, mas es lo que podemos observar que nos falta
por conocer, si nuestra vista abarcaba pocos kilómetros, ahora
podemos ver años luz con los telescopios en órbita.
Este conocimiento, hace que los mitos creados por nosotros mismos,
debido a la ignorancia caigan y que las religiones, que trataban de
contestar a nuestras preguntas metafísicas tengan sus días contados,
sino son capaces de unir ciencia y religión, pues Dios ha sido visto
,con ojos de niño y ahora lo vemos con ojos de adultos.
Firmado Miguel Angel Soro Falces.
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