Benedicto XVI por fin, se coloca la Tiara, de los tres poderes.
Ya estaba tardando mucho, recuerda con nostalgia, cuando el Sumo
Sacerdote cristiano, ponía y quitaba, Reyes.
Enrique octavo de Inglaterra, rompió la tradición y creo una Iglesia
paralela, pues el Papa, no le dejaba divorciarse.
Los príncipes alemanes, apoyaron a Lutero, en su revuelta, para no
obedecer a unos pontífices, que esquilmaban al pueblo con bulas e
impuestos, para crear palacios, basílicas, catedrales y el Vaticano.
Napoleón,le hizo el feo de quitarle al Papa, la corona que le iba a
poner en señal,de que el que mandaba era el, no el falso
representante de Cristo en la Tierra, auto proclamándose Emperador.
Quiere volver, a los tiempos de gloria, como la fiera herida, quiere
morir, defendiéndose, de todos aquellos, que le atacan y le
denigran, huye hacia adelante.
Seguramente, querrá que le paseen en un trono, a hombros de cuatro
lacayos, como hacían sus colegas, hasta Juan XXIII.
Emitirá dogmas de Fe, donde se proclamara, el Único, el mejor, el
inefable, y como Hitler, en sus últimos momentos de vida, dará
ordenes, para que las divisiones desaparecidas, ataquen al enemigo.
Pero han caído todos sus poderes, ya pocos le creen, y todos sabemos
que se equivoca una y otra vez, ya no es infalible.
Ya no tiene el apoyo de Reyes y Emperadores, que ponían a sus pies
los ejércitos, para que se hiciese su voluntad.
No puede ser martillo de herejes, y sus palabras de condenación
eterna, no solo no producen miedo, sino todo lo contrario...risa.
Que va hacer este pobre hombre, con la tiara en la cabeza....el
ridículo.
Benedicto, entrega el poder al pueblo de Dios, termina la
dictadura,de una Iglesia que ha traicionado a Cristo, bájate del
trono, que indebidamente usas.
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