Soñé, en una Iglesia democrática, El Sumo Pontífice, tendía puentes
al pueblo de Dios.
Delegaba en los "fieles" su poder y comenzaba una Iglesia de Amor
cayendo una Iglesia de Roma.
Los sacramentos, los daban las personas, no hacían falta sacerdotes.
Las asambleas de cristianos,elegían a sus párrocos, a sus obispos y
al Pontífice y todos ellos estaban al servicio del pueblo, mandados
por el pueblo y elegidos o dimitidos por el pueblo de Dios; toda la
humanidad.
Las mujeres y los hombres eran iguales por primera vez ante Dios y
ante los hombres.
Se abolían los dogmas y había libertad de conciencia.
Todos exponían, sus ideas inspiradas en el Espíritu Santo y eran
debatidas, hasta que una mayoría suficiente, hacía que tomase
cuerpo, aquello que casi todos, aceptaban.
Lo principal de esa nueva Iglesia de Amor , era lo que Cristo,
instituyo:Amaros los unos a los otros como yo os he amado, dando
vuestra vida por amigos y enemigos.
Sin amenazas infernales, sin acusar a los demás o a nosotros mismos
de unas culpas o pecados originales.
Viendo a nuestros prójimos o alejados como Cristos vivos:Lo que
hagáis a los demás a Mi me lo hacéis, dignos del reino de Dios en la
Tierra, sin necesidad de bautismo,sin patrimonios ni riquezas,
dando, a todo aquel que lo necesite, con justicia social y leyes que
apoyen los derechos humanos, por encima de los divinos, pues somos
nosotros quien necesitamos ayuda, ya que Dios nada necesita y Cristo
nos lo dijo claro: Tuve hambre y me disteis de comer, tenia sed y me
disteis de beber, estaba en la cárcel y no solo me visitabas,
trataremos, de sanar a los enfermos y convencer a los perversos,
hasta que las cárceles no sean represión , sino ayuda a nuestra
parte enferma o herida, para salvarla aquí y ahora:Trataremos de
traer el cielo a la tierra, amén.
Firmado Miguel Angel Soro Falces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario