jueves, 5 de diciembre de 2019

El consejo del poder judicial ostentando un gran crucifijo

No me extraña que cuando voy al juzgado a denunciar los atropellos que la iglesia católica, me hace, los jueces y fiscales como la policía, me digan que no pueden hacer nada, están atados de pies y manos, por ese gran crucifijo que impera en la mesa del señor Carlos Lesmes.

Por lo que se saltan las Leyes que nosotros nos hemos dado, sin castigar al cristianismo, que pisotea los derechos humanos, con total impunidad.

Pueden, mantener mi nombre en sus fichas, aún cuando yo me he dado de baja de su institución, alegando una mentira, que nuestras leyes no deberían de aceptar, ya que el bautismo no solo es un sacramento, es una ficha en la que consta nuestro nombre, aún después de habernos dado de baja.

Pueden, seguir hablando de enfermos mentales cuando hablan de los homosexuales, y lesbianas y que origina una violencia contra esas personas de fanáticos religiosos, luchan contra el matrimonio homosexual, cuando la Ley les obliga a respetarlo.

Pueden tener a las mujeres, sin sus derechos de igualdad, dentro de su machista institución, dando un mal ejemplo para que la sociedad no termine de aceptar que las mujeres sean igual a los hombres ante la Ley.

Siguen acusando a toda la humanidad de condenas eternas, por desobedecer a su falso dios, con todo lo que eso conlleva, de represión y mal trato a los que consideramos "malos", cuando todos los seres humanos somos inocentes y necesitamos que todo aquel que no se porta dentro de la Ley sea ayudado en vez de castigado.

Consideran un crimen el aborto legal, dado dentro de nuestras leyes , manteniendo en las clínicas abortivas, grupos que increpan insultan y tratan de obligar a esas pobres mujeres, a pasar por su aro.

Intentan, curar a los gays, cuando está demostrado, que no son enfermos, y engañan a estas personas, para que no salgan del armario y se mantengan sin vivir su vida de forma normal, para que sus doctrinas condenado el sexo, que no es usado como ellos quieren sea perseguido y anulado.

Por lo que defienden un matrimonio indisoluble, que obliga a convivir a los contrayentes aún después de haber dejado de quererse, y aún cuando sus vidas sean un continuo discutir y pelearse.

¿Hasta cuando nuestros jueces, van a consentir esta situación que pisotea todos nuestros derechos y nos obliga  a vivir sus falsas doctrinas?



No hay comentarios: