El sábado 23 de Enero del 2010 estuve en la clínica universitaria de
Pamplona, hacia un montón de años que no pasaba por allí, desde las
tres operaciones de cadera, que me hicieron, las dos ultimas con muy
mal resultado, hasta el extremo de no volverlo a intentar y de ir a
otra clínica a operarme.
De mi paso, por la clínica del opus, me quedo un recuerdo agridulce.
Por un lado su buen trato y por el otro la sensación de fanatismo
religioso, que se respira por todas las partes en el recinto.
Comentamos, lo bien que atendían y el nivel muy alto de
profesionalidad en médicos y enfermeras.
Recuerdo a monseñor, y sus encendidas charlas, con acento maño, el
trabajo santifica, decía no se necesita ser sacerdote, para servir a
Dios y al prójimo.
Para mi es francamente, espectacular sus logros, conseguir
seguidores, que lo adoren y sigan sus enseñanzas, con tal ardor, me
llena de preocupación.
Es tan fácil, hipnotizar y lavar los cerebros, que quedo espantado,
de unos resultados que demuestran el gran poder de las sectas.
Vivir en libertad, es tan difícil, como que la falta de auto
disciplina, y los fracasos tan seguidos, hace que las personas,
prefieran sujetarse a sectas, que les den seguridad y les arropen.
Por eso tal vez tengan tanto éxito las tiendas en cadena, donde le
dan a uno todo mascado, supervisado y sin que tengan que pensar.
Ser muñecos es mas fácil que ser personas libres, el cuento de
pinocho, que de marioneta, tiene que pasar a ser libre y
responsable, y salvar a su padre Gepetto, para convertirse en un
niño de verdad, de carne y hueso, no ha calado en estas personas,
del opus, que prefieren que les dirija la obra, en vez de ser libres
responsables y poder pensar por si mismos.
Es lo mismo que ocurre en la Iglesia católica, los fieles, se dejan
llevar y manipular, en vez de hacerse adultos, libres, responsables,
dueños y señores de sus actos, y a los que criticamos esa dictadura
eclesial, nos miran como alguien que les quiere robar la
tranquilidad y bienestar de estar agarrados a una tabla que creen de
salvación, cuando solo es una estafa sectaria.
Firmado Miguel Angel Soro Falces.
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