viernes, 29 de marzo de 2019

Ahora surgen como las setas niños que han metido mano los curas

En todos los pueblos, conocíamos curas que metían mano, no son cientos son miles, pero en aquellos tiempos, franquistas, los que mandaban eran los curas, cualquiera se metía con ellos.

Después de la muerte de Franco, todo quedaba igual, las monjas se dedicaban a robar niños a las pobres chicas embarazadas, para dárselo a familias pías y los curas a meter mano a todo el que podía y se dejaba.

Nuestro obispo Francisco, el despistado, no se enteraba de nada, pero como coronel  del ejercito español, bendecía las armas de matar, para que todo aquel que muriese por esas balas, fuese a su cielo amén.

En Estella, detrás de la primera denuncia, están animando a más personas a denunciar su caso y aparecen cantidad de personas a los que metieron mano.

En Tudela como en Pamplona, tiene que haber cientos de niños, que sufrieron en sus carnes las caricias sexuales, de curas salidos, pero que no se atreven a denunciar, pues los años transcurridos, ya les ha quitado las ganas y muchos sacerdotes estarán en su falso infierno quemándose en grandes calderas, bien alimentadas de leña infernal, por demonios, cornudos, con patas de cabra y ole,

Sus doctrinas son tan falsas, que ahora ni los niños pequeños, creen sus mitos y leyendas, pero nosotros tuvimos que aguantar carros y carretas, y bailar al son que tocaban estos sinvergüenzas de curas, y eso no es un insulto, pues no tienen ninguna vergüenza en decir burradas tan grandes como la anterior mente dicha del infierno terrible y eterno.

No podemos consentir que ellos puedan saltarse nuestras leyes sin que todo el peso de la Ley caiga sobre ellos, pisotean los derechos humanos, y la policiía no
puede hacer nada, los fiscales y jueces no actúan, ante nuestras denuncias, pues dicen que el convenio con el Vaticano, impide hacer justicia ¿Hasta cuando?

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