domingo, 2 de junio de 2019

¿Nos vamos con las manos vacias?

Todas las religiones, nos meten en la cabeza, que tenemos que hacer algo, por los demás, y cumplir una serie de cosas, para morir con los deberes hechos.

Para estos enfermos, religiosos, educados en la culpabilidad, tenemos que vivir arrepentidos de lo malos que somos y devolviendo al mundo, lo que le hemos quitado.

No entienden. que Dios lo hace todo bien, que los seres humanos, somos obra de Dios y que por lo tanto, todo lo que hacemos, es por que Dios así lo ha organizado.

Nadie ni nada viene a este Mundo a perder el tiempo, todos venimos para cumplir una misión que Dios ha proyectado y El nunca falla.

Las religiones, creen que las personas tenemos libre albedrío y que podemos no hacer aquello, que Dios quiere, lo cual implicaría que ese dios no tiene el poder absoluto y unos ignorantes seres pueden rebelarse, y no hacer su voluntad.

Pero la realidad es que al verdadero Dios, nadie puede llevarle la contraría ni manipular su voluntad, siempre su voluntad se cumple, como no puede ser de otra manera.

Por lo que todos cumplimos la voluntad de Dios y por supuesto, nunca morimos con las manos vacías, es nuestra mente que ha sido manipulada por falsas doctrinas religiosas, las que nos hacen creer que no cumplimos con la Ley de Dios, cuando todas las Leyes que Dios ha puesto en su Universo se cumplen.

Lo que sí tenemos que saber, es que estamos aquí, para conocer las Leyes de Dios Universales y así poder dominarlas y vivir cada vez mejor, por lo que solo la ciencia, con el estudio,y el trabajo, nos lleva a dominar enfermedades, y cualquier otro problema como poder salir al espacio y dominar otros planetas, satélites o volar dominando la gravedad de nuestro planeta.

El que personas ignorantes crean que hemos venido a la Tierra, a amar y servir a dios, están completamente equivocadas, Dios no necesita nada, El lo hace y dirige todo y es todo, por lo que su voluntad no puede ser alterada, si lo fuera ese dios sería un idiota y Dios es absolutamente sabio y poderoso, no un mequetrefe como creen los religiosos.


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