Afirma Santo Tomas de Aquino, que aún cuando tenemos libre albedrío este esta sujeto a que lo apruebe y quiere Dios, ya que si El no permite algo este hecho no se produciría.
Por lo que la libertad de las personas, queda aquí cuestionada, no existe, las personas no podemos hacer nada que Dios no tolere, por lo que el supuesto bien o mal que hacemos, solo es un invento de las religiones fundamentalistas.
El ser humano está sujeto a las Leyes Divinas y nada se escapa a lo que Dios manda y ordena, el dirige su Universo, y solo El.
Todos los seres del Universo, pues están sujetos a las Leyes Divinas, y es mentira el libre albedrío, por lo que el trabajo y el estudio fundamental del ser humano es conocerlas, para desarrollarlas e incluso trascenderlas.
Por ese conocimiento vamos venciendo las enfermedades y las leyes por las que se rigen los planetas, incluido el nuestro, y así poder salir de la Tierra a otros mundos y conocer todo aquello, que nos afecta.
La culpabilidad de la humanidad es un mito inventado, por ignorantes profetas, que origina males a las personas durante miles de años.
El conocimiento de que somos seres bien hechos y perfectos, pues Dios no puede hacer nada mal, nos hará buscar otro tipo de justicia más justa que la actual, que basa en la maldad, los hechos de los seres humanos, en vez de buscar los actos que hacen daño, en la ignorancia y el desconocimiento de las personas, que no saben obrar bien, ni para ellos ni para los demás.
Para ello necesitamos doctores que sepan analizar bien, a los que se comportan mal, para descubrir donde tienen la enfermedad o cual es la causa que les hace obrar de manera violenta, para poner los medios curativos y no los represivos, para poder recuperar a esas personas y puedan vivir en sociedad, en vez de como ahora castigados, torturados y presos en cárceles, que no solo no consiguen reconducirlos, es que salen con más ganas de vengarse y torturar ellos también a los demás.
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