China liberó al Tibet de una estafadora religión

¿Quien liberará a occidente de la blasfema y dictadora religión cristiana?

Todas las religiones son blasfemas y falsas, creen en dioses estúpidos y ridículos que castigan a la humanidad de un culpabilidad, que nunca ha existido, el pecado original, y desobedecer a Dios es imposible, el Tibet estaba oprimido por el Dalei Lama y sus monjes ignorantes, que tenían a su pueblo en una pobreza, sin visos de poder desarrollar a una mejor civilización ni ser libres para ello, creen en la reencarnación, incluso pueden volver a nacer como animales, otra estupidez más.

Dios hace todo bien nunca se equivoca, los seres humanos, empezando por los ignorantes profetas, culpan a la humanidad, cuando la realidad es que los seres humanos, somos hechos perfectos, solo la ignorancia de las Leyes por lo que Dios obra, nos lleva al sufrimiento, pero ese es nuestro camino, el conocimiento, solo por la ciencia, el estudio y la investigación de todas las Leyes naturales, hará que las vayamos trascendiendo, consiguiendo dominar las enfermedades y las guerras.

La violencia solo es signo de ignorancia, poco a poco comprenderemos que las religiones, con su falsa culpabilidad, hace que castiguemos, a los que hacen daño, en vez de ayudarlos a superar su ignorancia, ya que saber, que todo lo que Dios ha hecho está bien hecho incluida la humanidad, nos hará cambiar nuestra falsa justicia represora, por una justicia comprensiva.

China, pudo liberar al pueblo tibetano, de unos lamas, que los tenían en la ignorancia, haciéndoles creer que ser sumisos y rezar, servía para algo, cuando la realidad es que tanto estos tibetanos como todos los que están en falsas religiones, son manipulados, hasta extremos de ser muñecos en manos de brujos, sacerdotes, lamas, imanes o rabinos, doctores judíos, la paciencia de Mao fue más grande que la de job, pero el gran Lama no se rindió hasta que vio que las amenazas se hacían realidad, por lo que si hubo muertos, fue por culpa de los tibetanos.

Ser libres, incluye no pertenecer a ninguna secta o religión, y poder por la meditación, llegar al conocimiento de uno mismo, ya que nosotros y el Universo somos la misma cosa, quien se conoce así mismo conocerá la realidad del verdadero Dios, que todo lo ha hecho de sí mismo, no de la nada.